por Diani | Abr 26, 2022 | Emprendimiento
Durante muchos años he estado intentando emprender de muchas maneras. Algunas me han funcionado más que otras, pero ninguna como yo quería o esperaba. Me acobijaba en muchas excusas y viví muchas frustraciones. Por eso, quiero transmitírtelas a ti. Porque es algo que en su momento no supe, y si las hubiese sabido me hubiese servido de mucho. Claro, esto no quiere decir que no tendrás tus propios aprendizajes, pero serán otros nuevos, porque estos ya los sabrás.
¿Preparado/a?
- Pensar que el no tener todos los recursos que necesitaba era un gran hándicap.
Más que un problema, era una gran excusa. Siempre había pensado que para emprender tenía que invertir grandes cantidades de dinero sí o sí, lo que me llenaba de mucho temor.
El comprender que se puede iniciar con los recursos, los conocimientos, los contactos y las opciones que tenía era suficiente para dar mis primeros pasos, me dejo sin más excusas y con menos temor a atreverme. En Auto Serendipia de hecho, evitamos la mayor cantidad de riesgos posibles utilizando los recursos con los que ya contamos.
2. Pensar que ya está todo inventado como para crear algo atractivo.
Despertar cada día era igual a sin fin de ideas de emprendimiento, buscar sobre ellas y ver que ya existían desde hace mucho tiempo. Y al contrario, ideas muy rebuscadas a las que le invertía tiempo y dinero que no eran tan atractivas para otros como pensaba. Era muy, pero MUY frustrante. Atacaba mi autoconfianza de frente.
Luego comprendí que una idea de negocio puede ser valedera una vez se haga una investigación de la competencia para ofrecer el mismo producto o servicio pero con algo que me destacara de ellos. Testear a los que hemos considerado nuestros clientes potenciales (realizar encuestas, muestras si las tenemos, etc.) puede ahorrarnos tiempo y dinero, no lo descartes.
3. No poder explicar mi idea de negocio de una manera simple.
¿Cómo explicar una idea de negocio de una manera simple? Eso era imposible. Lo que más me viene a la cabeza al escribir esto es un archivero automático que patenté y era muy complicado de explicar.
Luego conocí el Elevator Pitch y comprendí que invirtiendo un discurso de máximo 90 segundos era mucho más fructífero. Pero igual la idea del archivero no llegó a tener mucho interés, así que lo empecé a utilizar después con otros intentos de emprendimientos.
4. Creía que sabía todo lo que hacía y lo que debía hacer.
Era muy sencillo: Tengo un proyecto en mente, estudio la competencia y sus precios para guiarme, la clientela y se pone acción ¿Qué más hay que saber? ¡TODO!
Al inicio no sabía que esto iba más allá. Según el sector en el que te encuentres debes averiguar hasta el más mínimo detalle. Por ejemplo, recuerdo que cuando tenía la idea de montar una hamburguesería saludable con un sitio de talleres de bienestar, conocí el caso de una persona que ya tenía todo invertido y por el hecho de no tener las medidas necesarias para un sitio de restauración (le faltaban menos de 2cm de la altura del local, según las leyes establecidas) no le aprobaron el proyecto. ¡POR DOS CENTÍMETROS TODO SE ECHÓ PARA ATRÁS! Obviamente después de eso, atendí todas las comas de la normativa.
5. No valorar el trabajo que realizo, a pesar de hacer con amor y pasión.
Cuando algún amigo/a o conocido tiene un nuevo proyecto que se haya sudado y trabajado arduamente, y que además tiene toda la ilusión de su nuevo “hijo” no les acepto “precios de amigos”. Porque es una manera de honrarle todo su trabajo y su motivación.
Sin embargo, te confieso que en mi caso era más complicado, yo quería regalar mi trabajo ¡VAYA TONTERÍA! Yo también quería que se valorara mi esfuerzo. Entonces decidí cambiar mi mensaje: Si somos amigos, valora mi trabajo. Y poco a poco me ha dado menos vergüenza hablar de precio con personas conocidas, amigos o familiares.
6. Ver el emprendimiento como un sueño inalcanzable: “Uno de estos días haré…”
Pensar que para emprender hay que tener una edad, un estatus social, todo el conocimiento, etc. me hacía alejarlo cada vez más de mis prioridades. Y la verdad, hacía que las ideas creativas me invadieran sin “poder” darles ningún orden, porque igual serían imposible realizarlas. Mi alma emprendedora quería manifestarse como fuera. ????
Luego decidí dejar de soñar y comenzar a hacer. Si, tuve fracasos, pero fueron los que me enseñaron lo que se hoy.
7. Preocupación extrema por lo que está haciendo la competencia.
Era vivir más por la competencia que por mi proyecto: lo que hacía, lo que cobraba, su ubicación, sentimiento de frustración, etc. Eso no era vida porque no disfrutaba de nada. ????
Luego comencé a darme cuenta que si mi proyecto está tan bien estudiado y es tan bueno como creo que lo es, la competencia sólo es una guía para saber por donde me puede ir mejor o no. Incluso en ocasiones he realizado colaboraciones con lo que se puede considerar competencia, y ha sido fantástico.
8. Es mejor no decir nada para que no me roben la idea ????
A ver, si la digo, me “roban” la idea. Si no la digo ¿Cómo la conocen mis clientes potenciales?
Me pasó que cuando dije la idea de la hamburguesería que te comenté antes, querían hacer algo exactamente igual de un día para otro, y no te voy a negar que me dio un poco de rabia. Sin embargo, había algo que no podían quitarme: la experiencia y mi esencia.
Entonces aprendí que valía más el compartir la idea porque podía obtener nuevas ideas, clientes y colaboraciones. El “robar” era tema del otro, no mío y además robar la idea completa era prácticamente imposible. Así que simplemente me centraba en mi objetivo.
9. Un buen emprendimiento puede darte resultados monetarios casi inmediatos.
Nada mas lejos de la verdad. Esta creencia era frustrante. Así que si también es lo que tienes en mente, te recomiendo irla quitando. Puedes tener un producto/ servicio único en el mundo, pero tienes que darte a conocer y crear confianza en tus clientes.
Se estima que el primer año no da grandes ganancias. Y lo que se recomienda es tener un colchón monetario o un ingreso extra el primer año, por lo menos.
10. Tengo que trabajar muy duro para tener éxito
Esta es una teoría que se oye desde hace mucho y se sigue oyendo. No quiero decir con esto que no requiera esfuerzo y disciplina, claro que sí. Sin embargo hay muchas maneras de sacar un proyecto delante de manera sabia.
Y luego de comprender estas cosas para tener un emprendimiento más estable, ha sido mucho más tranquilo. He conocido nuevas vías y nuevas estrategias.
Espero que te sean útiles en tu emprendimiento.
¿Tienes alguna duda?
por Diani | Mar 29, 2022 | Emprendimiento, Uncategorized
Las verdades hay que decirlas, y hoy te quiero decir una gran verdad. Bueno, más bien es una confesión. Hasta hace algunos años, mi cabeza sólo producía ideas. Era impresionante: a lo mejor en la mañana me despertaba con una idea, la seguía, en el camino se me ocurría otra, la averiguaba más a fondo y eso me llevaba a otra…y así podía estar gran parte de mi tiempo libre, intentando centrarme en alguna.
Me generaba muy buena sensación ser creadora de ideas, pero al final terminaba frustrada y exhausta porque no cerraba ninguna…y ya eso no era divertido.
Hoy, algunas de las personas que buscan mis asesorías, vienen con un perfil parecido: Quieren emprender en algo, pero no logran hacerlo por no terminar de crear; porque sienten que esta nueva idea que ha surgido es mejor. Y posiblemente tengan razón, pero debemos hacernos cargo de ella, estudiar si realmente es valida y si hay que pulirla un poco más, se hace sin cambiar mucho el rumbo.
Dime, ¿Te has sentido identificada o identificado con esto?
Ser creativo es muy bueno y necesario para quien quiere emprender, pero esa creatividad descarrilada, donde es la creatividad la que tiene el control no nos lleva a nada bueno.
Por eso quiero nombrarte algunos de los resultados la creativad no canalizada y compartir contigo el proceso de creatividad ideal para canalizar las ideas realmente válidas, ese que me ayudó a mí a hacerlo ¿Comenzamos?
Las consecuencias del exceso de creatividad pueden ser:
Falta de concentración, estrés, agotamiento, autosabotaje y el famoso “parálisis por análisis”. Como verás este puede ser un buen cóctel de improductividad y poco avance en nuestros objetivos. Es importante conocer el origen de esta creatividad no canalizada para continuar.
Luego,te invito a seguir este proceso creativo de Graham Wallas para dirigir nosotros a la creatividad y transformarla en una real habilidad, no en un obstáculo.
Este proceso se divide en cuatro fases:
La primera se trata de La Preparación.
En esta fase nuestro objetivo es identificar el problema a través de la comprensión, formación, investigación y el análisis. Esto lo hacemos de forma consciente y voluntaria.
La segunda fase (y mi favorita) es La Incubación.
Aquí no es nuestro consciente el encargado de trabajar, sino nuestro subconsciente. La aplicamos cuando hacemos una pausa corta en la actividad que estamos realizando y al volver, encontramos la respuesta que buscábamos. Es decir, que Parece magia, ¿verdad? Observa a partir de hoy cuántas veces te sucede.
Ahora sí, viene la fase que mejor se nos da: La iluminación
En esta fase permitimos a la creatividad ser. Sea en grupo (o solo) siéntate con papel y lápiz, o cualquier otro canal y comienza a anotar todo lo que se te ocurra para solucionar ese problema. En otras palabras, haz un brainstorming.
La cuarta y última fase es La Verificación
Una vez que ya investigamos, dimos con la solución y el espacio a la creatividad, será tiempo de verificar esa idea para perfeccionarla y saber si realmente es útil para solucionar nuestro problema.
Te recomiendo que a cada una de las etapas le dediques un tiempo específico para que puedas centrarte sólo en eso. Como ves, es bastante sencillo de aplicar y muy útil.
En resumen, este proceso de creatividad puede servirte para muchos ámbitos de tu vida. Hasta haciendo este artículo tuve que ponerlo en práctica para poder ser más productiva y dirigir mis ideas al objetivo y no perder el foco.
por Diani | Mar 22, 2022 | Emprendimiento
La manera en la que nos comunicamos (tanto con nosotros como con otras personas) puede darnos resultados muy diferentes en nuestros emprendimientos. Seguramente ya has escuchado hablar sobre la comunicación verbal y no verbal. Pero, hoy quiero decirte otra forma de hacerlo de forma eficaz.
Hoy en día también sabemos que una excelente manera de comunicarnos con las otras personas y también de autoconocernos, es a través de los colores.
“¿¡Con colores!?” Si, así mismo. Se ha descubierto que para generar mayor conexión en el emprendimiento, es esencial “hablar el mismo idioma” con nuestros clientes, socios, proveedores, etc. En este post quiero explicarte cómo será posible eso.
Se trata del Modelo Insights Discovery y se basa en los estudios de personalidades del psicólogo suizo Carl G. Jung en el siglo XX. Jung propone que todas las personas contamos con cuatro rasgos de personalidad y que los diferentes balances entre ellos es lo que nos hace únicos; el Modelo Insights Discovery que quiero presentarte, asocia dichos rasgos de personalidad con colores.
El “secreto” es descubrir la forma de comunicarnos con el otro, pero para eso debemos descubrir principalmente nuestro estilo de personalidad. Así, podremos hacer uso de nuestros demás rasgos de forma consciente.
Para comprenderlo mejor, quiero explicártelo con un ejemplo sencillo. Existen muchos idiomas, tú tienes una “lengua materna” que te permite comunicarte, pero cuando visitas otro país con otro idioma, hablarlo te abre muchas más puertas que si no lo hicieras. Pero si no conocieras tu idioma base, se te dificultará más el camino.
Por eso, mi propuesta es la siguiente: Reconoce tu “idioma”, tu personalidad cromática (ya que aunque tengamos un color que sobresale de los demás, tenemos un poco de cada uno de ellos); y una vez hecho esto, podremos comunicarnos con más facilidad con los otros tipos de personalidad.
Los colores que utiliza el Modelo Insights Discovery son Azul, Verde, Amarillo y Rojo ¿Los conocemos más a fondo?
Azul
Se trata de personas introvertidas, reflexivas y lógicas. Se toman su tiempo para tomar una decisión. Eso les hace planificadores y meticulosos y objetivos.
Algunas frases típicas:
- “Necesito saber todos los detalles”
- “Esto tiene lógica”
- “Vamos al grano”
Verde
Sus principales características son la comprensión, el apoyo y la relación personal. Son conciliadores, pacientes y les gusta vivir en armonía. Dan gran importancia a los sentimientos del otro.
Algunas frases tipicas:
- “Te comprendo”
- “Disfruto la calma”
- “Decidamos entre todos·
Amarillo
Sus principales características son la dedicación a conseguir sus objetivos. Son personas activas, impacientes, con alta creatividad. Son visionarias, inspiradoras y espontáneas. Pueden mostrarse divertidos, entusiastas y comunicativos. Son el alma de la fiesta.
Usan frases como:
- “Me encanta el trato con otras personas”
- “Prefiero lo espontáneo a lo rutinario”
- “Me gusta estar activo/a”
Rojo
Sus principales características son la determinación en la acción. Son directos, dominantes y competitivos. Están seguros de lo que quieren. Son resolutivos y gestionan fácilmente las situaciones al momento. Por eso sus respuestas son eficientes y eficaces.
Como ves, hablamos de la reflexión, empatía, creatividad y determinación. Todos tenemos algo de cada una de esas cualidades, pero tendemos a utilizar más una de ellas. Sólo que, o bien nos hace falta fortalecer algunas, o las utilizamos cuando lo vemos necesario.
Por eso, una vez identificado tu “color” principal, te será más fácil conectar con otras personas en su propio color principal.
Si quiere más información de este tema, podrás encontrarla en mi libro Autoconocimiento Millennial que también tiene algunas actividades que te invitan a reflexionar.
por Diani | Feb 22, 2022 | Auto Serendipia, Emprendimiento
Si eres emprendedor(a) o tienes pensado serlo en algún momento, este artículo va dedicado exclusivamente para ti. Porque, además de hacer un proyecto, que ya es bastante decir (porque nos demanda tiempo y muchas veces dinero), también debemos contar con una serie de habilidades que nos permitirán llevarlo a cabo con éxito. Claro que según cada proyecto, pueden surgir algunas más. Pero aquí te nombro las más básicas y cómo podemos desarrollarlas.
1. Orientación al logro
Seguramente, si tienes algún proyecto en mente es porque tienes una meta con él. Principalmente que funcione y podrías visualizarte en ello.
Muchos proyectos fallan o se abandonan, porque esta sensación se confunde con la ilusión que tenemos al inicio. O también por ver que esa meta que nos hemos marcado es muy cuesta arriba. Nos enfocamos en los obstáculos más que en las oportunidades que tenemos.
¿Cómo desarrollarlo?
La tenacidad y perseverancia deben ser tu bandera, sobre todo al inicio. El proyecto que tienes, aunque suene un poco crudo, puede que se tome su tiempo. Eso tiene sus virtudes, porque te da tiempo a ir modificándolo cuantas veces necesites.
Una manera de orientarnos al logro, es establecernos objetivos pequeños. De esa forma no veremos lo lejos que está la cima, sino lo inmediato que esta el próximo paso. Esto nos acerca a la meta y nos mantiene motivados(as) a continuar. Recuerda, estos deben ser Específicos, Medibles, Alcanzables, Realistas y Temporales (SMART).
2. Autoconfianza
Muchos piensan que esta habilidad quiere decir que puedes hacer todo lo que quieres, y no se trata de eso. La autoconfianza no es otra cosa que valorar todos los logros que has tenido, saber lo capaz que eres de realizar nuevas cosas; pero también tus puntos débiles que debes gestionar.
¿Cómo desarrollarla?
La autoconfianza se crea a través de la imagen que tenemos de nosotros mismos desde nuestra infancia y se va afianzando con las experiencias a lo largo de la vida.
Quiero poner un ejemplo, seguramente la persona en quien más confías, la conoces bastante bien. Sabes que tiene cualidades maravillosas, pero también sus puntos de mejora, y aún así sabes que puedes contar con ella ¿Cierto?
Pues en tu caso pasa exactamente lo mismo. Conocerte es la herramienta principal para confiar en ti. Conocer quién eres, a dónde quieres llegar y las habilidades y herramientas con lo que cuentas para llegar a ello, te ayudará a que confíes en ti.
3. Gestión emocional
Con esto no me refiero a tener siempre una excelente actitud, sonreír siempre, nunca tener miedo ni enfadarte…sino todo lo contrario. El emprendimiento trae consigo una montaña rusa emocional donde algunos días te sentirás super a gusto, otros frustrado/a, otros cabizbajo, etc. Así, como en la vida misma. Negar lo natural no tiene sentido. Por eso dejarlas fluir es mucho más sano que enmascararlas.
¿Cómo desarrollarla?
Ser honestos con nosotros mismos sería el primer paso. Taparlas con frases motivadoras como “no pasa nada”, lo que hace es reprimir la realidad.
Si quieres saber más de la gestión emocional, lo explico de manera detenida en mi libro Autoconocimiento Millennial.
4. Medir el riesgo
El riesgo es otro factor que estará presente en nuestro camino. El fracasar, es algo que no siempre podremos evitar y del que podremos aprender. Sin embargo, muchas veces podremos disminuirlo.
¿Cómo desarrollarlo?
Lo primero que debemos preguntarnos es hasta dónde estamos dispuestos a arriesgarnos. Pero ojo, no sólo a nivel económico, sino también decisiones, tiempo personal, familiar, social, etc.
También el hacer un plan de contingencias, o tener un plan “b”, donde podamos pronosticar los posibles resultados que podamos tener (tanto positivos como negativos), nos guiará en la toma de decisiones.
5. Comunicación
La capacidad de conectar con otras personas es fundamental para darte a conocer y así, conseguir tus objetivos. Aunque podemos enfocarla sólo en otras personas, la comunicación que tengamos con nosotros mismos/as (diálogo interno) será la base para hacerlo con otros.
¿Cómo desarrollarla?
La comunicación verbal es importante, al igual que la no verbal. Utilizar la técnica de las neuronas espejos, donde “imitamos” los movimientos de nuestro interlocutor nos acerca más a ellos. También la transparencia y la empatía nos ayuda a crear mayor confianza con el otro.
6. Liderazgo
Seguimos pensando que esta habilidad sólo se trata de decirle al equipo lo que deben hacer. Realmente el liderazgo se refiere a trabajar todos en conjunto al crecimiento de la empresa. Incluso de tener la capacidad de saber explotar el talento de cada uno de los integrantes del equipo.
¿Cómo desarrollarlo?
Todo lo que te he mencionado hasta el momento utilizado de manera correcta y de forma equilibrada, te ayudará a tener un perfil de líder. Comenzando por una comunicación asertiva y empática, así como una escucha activa. También formar parte de la ejecución del trabajo cuando sea necesario demuestra cercanía con el equipo. Estar dispuesto/a a aprender de cada uno de ellos es una manera de mostrar tu humildad y tu disponibilidad a seguir creciendo como profesional y como persona.
7. Toma de decisiones
La toma de decisiones utiliza la habilidad de asumir riesgos y la orientación al logro, así como la iniciativa y la autoconfianza. Esta habilidad nos permite avanzar, mantenernos y/o evitar fracasos. En el 2020 con la pandemia, la capacidad de tomar decisiones y la adaptabilidad al cambio (que veremos más adelante) fue la que ha salvado a muchas empresas.
¿Cómo desarrollarla?
Si bien podemos tener mucha experiencia en nuestro campo y otras cosas, si se trata de decisiones difíciles que sabemos que no manejamos todos los factores de ello, contar con terceras personas de forma objetiva, es una idea que puede brindarnos confianza y seguridad a la hora de tomarlo. Compartir las preocupaciones ayuda a ver otros puntos de vistas.
8. Adaptación al cambio
El emprendimiento no se puede dirigir con un GPS. Con la cantidad de cambios diarios que hay en el mercado, el mundo tecnológico, etc. a pesar de marcarnos un camino, es muy fácil que a los pocos días, tengamos que redirigirlo. Claro, que a pesar de cambiar de camino, nuestra meta seguirá siendo la misma.
¿Cómo desarrollarla?
Anticiparte en la medida de lo posible a los cambios te permite tomar decisiones más digeridas, y no de forma impulsiva. En caso de no ser posible, porque los cambios no siempre avisan su venida, evita aferrarte a una sola forma de hacer las cosas. Incluso, hacer cosas diferentes en tu vida cotidiana te permite desarrollar esa habilidad.
9. Capacidad creativa
Así como la huella digital nos caracteriza y nos diferencia de otras personas, en el caso de las empresas y negocios, el valor agregado será lo que nos haga únicos. Con esto no me refiero necesariamente a inventar nuevos aparatos, por ejemplo. Podemos utilizarla al detectar una oportunidad de negocio, para encontrar soluciones a crisis, etc.
La influencia de la capacidad creativa en el éxito o fracaso de un negocio va más allá de la mera capacidad para inventar objetos innovadores o de crear una campaña de comunicación rompedora. En realidad, esta habilidad se puede aplicar a todos los procesos de un negocio.
¿Cómo desarrollarla?
La Autoconfianza, medir los riegos y aprender a salir de la caja, son buenas habilidades que nos ayudarán a desarrollar la creatividad. Busca cuantas soluciones puedas para poder alcanzar el objetivo. Evitemos ver limites donde no los hay. Pensar de manera diferente, es lo que nos ayuda a tener resultados diferentes. Contar con otras personas creativas también nos ayuda a estimular la nuestra.
10. Capacidad para ver y crear oportunidades
Esta habilidad va un poco de la mano de la creatividad. La curiosidad y la observación son características que ayudan a ver, o incluso, crear nuevas oportunidades de negocio
¿Cómo desarrollarla?
Aunque para crear oportunidades debemos tener una mentalidad libre, no debemos descuidar el mercado en donde nos movemos. De estar forma daremos pasos acertados. Debemos analizar la competencia para saber qué podemos mejorar. Evita las modas pasajeras para asegurar la rentabilidad.
Como ves, muchas de estas habilidades van de la mano e incluso fusionadas para conseguir otras. Todas ellas (y algunas otras, según a lo que dediques tu proyecto emprendedor) no sólo te ayudarán a hacerlo de forma consolidada, sino también ayudarte a mantenerte en el camino, evitando el abandono.
por Diani | Feb 1, 2022 | Autoconocimiento, Emprendimiento
Desde muy pequeños nos hacen creer que podemos controlar todo, hasta nuestras emociones. De hecho, la generación de hoy en día ya aprenden a controlar un dispositivo electrónico con pocos años.
Si te cuento un secreto, el control es una fantasía; realmente no existe. No podemos controlar a las personas, nuestros trabajos, ni nuestras emociones. Es una fachada o un muro que nos hemos formado para sentirnos tranquilos porque “tenemos todo bajo control”.
La necesidad de control no es más que la manifestación de nuestra inseguridad. Generándonos estrés, frustraciones y ansiedad dificultando las relaciones sociales y obviamente nuestra autoestima.
Si, es cierto que en nuestros emprendimientos tenemos que tomar en cuenta muchos factores: tenemos que definir el producto/servicio, conocer el nicho, si hay demanda, saber quién es nuestro público, la inversión en tiempo y dinero….y muchos factores más. Todo esto se hace para hacernos un camino teniendo los riesgos calculados. Sin embargo, esto no quiere decir que pueda salirnos mal. El emprendedor tiene muy claro que el camino es muy difuso y puede cambiar en algún momento por él/ella, la sociedad, una pandemia, situaciones inesperadas, etc.
Soltar es una de las cosas más difíciles, porque, aunque nos pese mucho eso que sostenemos, es algo conocido y nos aterra el vacío. Nuestra mente se encarga de que no nos demos cuenta de todo esto, claro.
Puedo hablarte incluso de mi experiencia. Cuando emigré, me di cuenta que no podía controlar nada. Podía adaptarme, gestionar mi tiempo y mis emociones, si te das cuenta, todo dependía de mí. Soltar la cultura, mi idioma y conductas (que no quiere decir olvidar). Hoy, cuando noto que estoy cargando algo de forma innecesaria sin darme cuenta, comienzo a aceptar, confiar y soltar; porque me pesa la fantasía de control.
Por eso hoy quiero dejarte muy claro la diferencia entre estos dos términos (controlar y gestionar), porque los vemos como si fuesen sinónimos, pero son todo lo contrario, y te digo por qué: El control, es tensión. Fijate en las emociones que nos produce: estrés, frustración, ansiedad… (eso sin hablar de las somatizaciones que tenemos). En cambio, gestionar es fluidez. No tienes que agarrar nada con fuerza, más bien muchas veces debes dejar pasar.
Cuando me explicaron esto, mi percepción cambió por completo. Comprendí que mi función como persona no se trata de retener ni cambiar nada ni nadie, sino que tenía que comenzar a aceptar mi propia realidad.
Si quieres conocer más sobre aprender a soltar, te invito a leer el capítulo que dedico a este tema en mi libro Autoconocimiento Millennial.
Y ahora quiero preguntarte, ¿Tu, qué controlas realmente?
por Diani | Ene 11, 2022 | Auto Serendipia, Emprendimiento
Antes del 2020 el teletrabajo era casi un sueño inalcanzable. Si trabajábamos para una empresa, lo más probable era que debías estar en la oficina respetando tu horario de trabajo. Teniendo gastos de tiempo y dinero en ir y venir a casa. Con la aparición del virus, todo pudo hacerse posible y el teletrabajo en las empresas que no fuesen vitales (farmacias, supermercados, hospitales, policías, bomberos, etc.), fue casi obligatorio. En el caso de las empresas, muchas se dieron cuenta que se reducían muchos gastos (alquileres, servicios, etc.) al igual que los empleados y continuaron este tipo de trabajo.
Claro que, como cualquier otro cambio, puede que nos cueste adaptarnos a este nuevo estilo de vida. Para eso, te daré 5 tips para hacerlo de forma productiva. Así también podremos fomentar a que más empresas que se unan a esta práctica generándoles más confianza y alejando el mito de la improductividad laboral en el teletrabajo.
Crea una rutina:
Así como cuando vas a la oficina tienes una, trabajando desde casa también lo harás para acostumbrar a nuestro cuerpo a este nuevo método. Esto incluye levantarte siempre a la misma hora, de manera que te dé tiempo de estar listo para comenzar tu jornada.
Vístete y arréglate, no te quedes con el pijama:
Aunque no lo parezca, que en nuestra rutina entren el vestirnos y arreglarnos como si fuésemos a la oficina, nos despierta más, cambiamos el chip y nos ayuda a concentrarnos más en el trabajo.
Crea tu espacio laboral cómodo y agradable:
Este debe dedicarse sólo al trabajo. También debe estar los más iluminado posible y ordenado. Además, asegurarnos de contar con el material que necesitemos tener a mano.
Mantén los horarios de la empresa:
Estar conectados 24/7 es contraproducente. Por eso respeta el horario de trabajo para que tu rendimiento y productividad juegue a tu favor y no en tu contra. Además así será más fácil la comunicación y ser más eficaces.
Escucha música de fondo para acompañar tus actividades:
A un tono bajo, la música puede ayudarte a concentrarte mejor y hacerlo ameno.
Como ves, el teletrabajo no tiene por qué ser difícil de ejercer, se trata de unos pequeños cambios (y ni tantos, porque igualmente debemos crear una rutina). En este podcast te hablo de técnicas de gestión del tiempo para hacerlo más fácil. Lo primordial será tu compromiso.