Durante muchos años he estado intentando emprender de muchas maneras. Algunas me han funcionado más que otras, pero ninguna como yo quería o esperaba. Me acobijaba en muchas excusas y viví muchas frustraciones. Por eso, quiero transmitírtelas a ti. Porque es algo que en su momento no supe, y si las hubiese sabido me hubiese servido de mucho. Claro, esto no quiere decir que no tendrás tus propios aprendizajes, pero serán otros nuevos, porque estos ya los sabrás.

- Pensar que el no tener todos los recursos que necesitaba era un gran hándicap.
Más que un problema, era una gran excusa. Siempre había pensado que para emprender tenía que invertir grandes cantidades de dinero sí o sí, lo que me llenaba de mucho temor.
El comprender que se puede iniciar con los recursos, los conocimientos, los contactos y las opciones que tenía era suficiente para dar mis primeros pasos, me dejo sin más excusas y con menos temor a atreverme. En Auto Serendipia de hecho, evitamos la mayor cantidad de riesgos posibles utilizando los recursos con los que ya contamos.
2. Pensar que ya está todo inventado como para crear algo atractivo.
Despertar cada día era igual a sin fin de ideas de emprendimiento, buscar sobre ellas y ver que ya existían desde hace mucho tiempo. Y al contrario, ideas muy rebuscadas a las que le invertía tiempo y dinero que no eran tan atractivas para otros como pensaba. Era muy, pero MUY frustrante. Atacaba mi autoconfianza de frente.
Luego comprendí que una idea de negocio puede ser valedera una vez se haga una investigación de la competencia para ofrecer el mismo producto o servicio pero con algo que me destacara de ellos. Testear a los que hemos considerado nuestros clientes potenciales (realizar encuestas, muestras si las tenemos, etc.) puede ahorrarnos tiempo y dinero, no lo descartes.

3. No poder explicar mi idea de negocio de una manera simple.
¿Cómo explicar una idea de negocio de una manera simple? Eso era imposible. Lo que más me viene a la cabeza al escribir esto es un archivero automático que patenté y era muy complicado de explicar.
Luego conocí el Elevator Pitch y comprendí que invirtiendo un discurso de máximo 90 segundos era mucho más fructífero. Pero igual la idea del archivero no llegó a tener mucho interés, así que lo empecé a utilizar después con otros intentos de emprendimientos.
4. Creía que sabía todo lo que hacía y lo que debía hacer.
Era muy sencillo: Tengo un proyecto en mente, estudio la competencia y sus precios para guiarme, la clientela y se pone acción ¿Qué más hay que saber? ¡TODO!
Al inicio no sabía que esto iba más allá. Según el sector en el que te encuentres debes averiguar hasta el más mínimo detalle. Por ejemplo, recuerdo que cuando tenía la idea de montar una hamburguesería saludable con un sitio de talleres de bienestar, conocí el caso de una persona que ya tenía todo invertido y por el hecho de no tener las medidas necesarias para un sitio de restauración (le faltaban menos de 2cm de la altura del local, según las leyes establecidas) no le aprobaron el proyecto. ¡POR DOS CENTÍMETROS TODO SE ECHÓ PARA ATRÁS! Obviamente después de eso, atendí todas las comas de la normativa. ????

5. No valorar el trabajo que realizo, a pesar de hacer con amor y pasión.
Cuando algún amigo/a o conocido tiene un nuevo proyecto que se haya sudado y trabajado arduamente, y que además tiene toda la ilusión de su nuevo “hijo” no les acepto “precios de amigos”. Porque es una manera de honrarle todo su trabajo y su motivación.
Sin embargo, te confieso que en mi caso era más complicado, yo quería regalar mi trabajo ¡VAYA TONTERÍA! Yo también quería que se valorara mi esfuerzo. Entonces decidí cambiar mi mensaje: Si somos amigos, valora mi trabajo. Y poco a poco me ha dado menos vergüenza hablar de precio con personas conocidas, amigos o familiares.
6. Ver el emprendimiento como un sueño inalcanzable: “Uno de estos días haré…”
Pensar que para emprender hay que tener una edad, un estatus social, todo el conocimiento, etc. me hacía alejarlo cada vez más de mis prioridades. Y la verdad, hacía que las ideas creativas me invadieran sin “poder” darles ningún orden, porque igual serían imposible realizarlas. Mi alma emprendedora quería manifestarse como fuera. ????
Luego decidí dejar de soñar y comenzar a hacer. Si, tuve fracasos, pero fueron los que me enseñaron lo que se hoy.

7. Preocupación extrema por lo que está haciendo la competencia.
Era vivir más por la competencia que por mi proyecto: lo que hacía, lo que cobraba, su ubicación, sentimiento de frustración, etc. Eso no era vida porque no disfrutaba de nada. ????
Luego comencé a darme cuenta que si mi proyecto está tan bien estudiado y es tan bueno como creo que lo es, la competencia sólo es una guía para saber por donde me puede ir mejor o no. Incluso en ocasiones he realizado colaboraciones con lo que se puede considerar competencia, y ha sido fantástico.
8. Es mejor no decir nada para que no me roben la idea ????
A ver, si la digo, me “roban” la idea. Si no la digo ¿Cómo la conocen mis clientes potenciales?
Me pasó que cuando dije la idea de la hamburguesería que te comenté antes, querían hacer algo exactamente igual de un día para otro, y no te voy a negar que me dio un poco de rabia. Sin embargo, había algo que no podían quitarme: la experiencia y mi esencia.
Entonces aprendí que valía más el compartir la idea porque podía obtener nuevas ideas, clientes y colaboraciones. El “robar” era tema del otro, no mío y además robar la idea completa era prácticamente imposible. Así que simplemente me centraba en mi objetivo.
9. Un buen emprendimiento puede darte resultados monetarios casi inmediatos. ????
Nada mas lejos de la verdad. Esta creencia era frustrante. Así que si también es lo que tienes en mente, te recomiendo irla quitando. Puedes tener un producto/ servicio único en el mundo, pero tienes que darte a conocer y crear confianza en tus clientes.
Se estima que el primer año no da grandes ganancias. Y lo que se recomienda es tener un colchón monetario o un ingreso extra el primer año, por lo menos.
10. Tengo que trabajar muy duro para tener éxito
Esta es una teoría que se oye desde hace mucho y se sigue oyendo. No quiero decir con esto que no requiera esfuerzo y disciplina, claro que sí. Sin embargo hay muchas maneras de sacar un proyecto delante de manera sabia.
Y luego de comprender estas cosas para tener un emprendimiento más estable, ha sido mucho más tranquilo. He conocido nuevas vías y nuevas estrategias.
Espero que te sean útiles en tu emprendimiento.
¿Tienes alguna duda? Déjamela en los comentarios